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En una ocasión caminaban atravesando el desierto en busca del oasis, dos
vendedores que eran competencia.
De repente, a lo lejos apareció un gran león, que al
verlos comenzó a correr hacia ellos.
Al percatarse de la comprometida situación ambos
vendedores empezaron a correr desesperadamente en dirección contraria al león.
En un momento dado y tras haber recorrido un importante
trecho uno de ellos se detuvo, con mucha rapidez sacó de su mochila unas
estupendas zapatillas de running de última generación y sin perder un minuto se
puso las zapatillas para empezar a correr de nuevo.
El otro vendedor al ver la maniobra le preguntó con
escepticismo:
-
¿Crees que con esas zapatillas, por buenas que sean, vas a correr más que
el León?
Empezando a correr de nuevo le respondió
-
Tienes toda la razón: No voy a correr más que el león.
-
Voy a correr más que tú.
… … … …
Sirva esta anécdota para introducir
el tema de hoy, la improvisación.
Todos nosotros a lo largo de
nuestra vida profesional hemos dejado aspectos de la relación con el cliente a
la improvisación, es posible que en alguna ocasión el resultado haya sido bueno
o quizás no.
Cuando entras por la puerta de
un cliente no sabes que es lo que te puedes encontrar. Por ejemplo, el cliente
podría poner a prueba toda tu capacidad de respuesta, planteándote un difícil
problema o plantearte una oportunidad de negocio que ni tu ni tu empresa habías
visto antes, dejándote en ambos casos totalmente desprevenido.
Los buenos vendedores tienen la
habilidad de pensar en el momento, tienen la habilidad de improvisar, con
independencia de que lo que se plantee sea un problema o una oportunidad.
Tienen la capacidad de adaptarse y responder de una forma que les permite ganar
credibilidad y avanzar en la situación. Los buenos vendedores son capaces de
mantener la calma en una reunión con muchas personas donde se plantean
cuestiones difíciles de resolver: son capaces de improvisar. Pero…. ¿Qué sucede
si no eres capaz de improvisar y responder a las preguntas en el momento?....
Por otro lado, esta habilidad
de improvisar, esencial en sí misma es a la vez problemática. Muchos vendedores
que la poseen, confían tanto en ella que no hacen nada por prepararse y lo
dejan todo a la improvisación. No es lo mejor, no lo es.
La preparación siempre tiene
ventajas, preparar una buena presentación de la empresa, que defina el objetivo
y la posible relación con el cliente y las opciones de negocio. Estudiar al
cliente, conocer la base de su negocio, su posición en el sector y en el
mercado, puede ayudar al vendedor a plantear oportunidades que no surgirían de
otra manera. Antes de entrar en la reunión, el vendedor puede contactar con los
asistentes para conocer sus preguntas y preparar las respuestas, aun sabiendo
que surgirán nuevas preguntas. La preparación te aporta confianza. “Si no preparas,
te expones a perder oportunidades”.
Por otro lado el exceso de
preparación tampoco es lo mejor, invertir demasiado tiempo en analizar al
cliente, averiguar cada detalle, cada circunstancia, pensar que es
imprescindible conocerlo todo antes de concertar la reunión, no es lo mejor, no
lo es.
Los buenos vendedores que tienen
capacidad de improvisación también toman las medidas necesarias para estar
preparados. Ser muy bueno improvisando no significa que tengas que renunciar a
las ventajas que te aporta la preparación. Asimismo hay algunas cosas que no se
pueden anticipar, y habrá que hacerles frente improvisando con confianza y
rapidez de pensamiento.
Para llegar a ser un buen
vendedor de éxito son necesarias dosis iguales de improvisación y preparación.
¡¡¡ SACA EL VENDEDOR QUE LLEVAS DENTRO ¡¡¡
Analiza tus clientes y piensa
que es lo que necesitas conocer para tu próxima reunión y no tengas miedo de no
saber lo suficiente para responder al cliente.
No inviertas demasiado tiempo
en preparar e invierte también tiempo en concertar la reunión, aprovecha esa
llamada para terminar de obtener la información.
Aunque te consideres un experto
vendedor y seas muy bueno improvisando, no lo utilices como una excusa para no
preparar la visita.
Recuerda ahora a los vendedores de la anécdota, ambos podían improvisar,
pero solo uno se había preparado un par de zapatillas de running.
La
improvisación es la verdadera piedra de toque del ingenio.
Moliere.
Dramaturgo, humorista y comediógrafo francés del siglo XVII
La frase
La
definición de éxito no la dan los premios, entiendo el éxito como el momento en
que la oportunidad se encuentra con la preparación.
Hillary
Swank. Actriz Estadounidense
No
estás solo
Si, como vendedor, piensas que no tienes
suficiente capacidad de improvisación, o no terminas de encontrar la forma
idónea y efectiva de preparar las gestiones….
envíame un email.
Comparte con nosotros cual fue el “par
de zapatillas de running” que te permitió avanzar en aquella negociación…….
Escribe un comentario. ¡¡ Gracias !!
“La Mirada Crítica de Benicio Orozco”
De nuevo tengo la suerte de recibir tus magnificas lecciones fruto de la experiencia, los conocimientos y la inteligencia, que si bien hoy ya no me muevo en esos círculos si me sirven para en la vida diaria al ser en esencia la interactividad en la relación con los demás. Bravo Benicio. Gracias.
ResponderEliminary quiero massssss.!
En todo momento estamos siendo vendedores de algo.....
ResponderEliminarGracias por tus palabras .
Un abrazo