Además de ser responsable para ser eficaz y alcanzar un buen nivel de
exigencia profesional es imprescindible tener la capacidad suficiente para
desempeñar el trabajo.
“Capacidad”
|
“En
una ocasión un ingeniero fue a arreglar un ordenador industrial del que
dependía gran parte del proceso productivo de una importante fábrica.
Sentado
frente a la pantalla, tras hacer unas breves comprobaciones, oprimió unas
cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el
aparato.
Procedió
a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media
a un minúsculo tornillo.
Entonces
encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando
perfectamente.
El
presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en
el acto.
-”¿Cuánto
le debo? “-preguntó.
–
“Son mil euros, si me hace el favor.”
–
“¿Mil euros? ¿Mil euros por unos momentos de trabajo? ¿Mil euros por apretar un
simple tornillito?
–
¡Ya sé que mi ordenador es una parte fundamental de mi proceso productivo, pero
mil euros es una cantidad disparatada!
–
La pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la
justifique.”
El
ingeniero asintió con la cabeza y se fue.
A
la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado,
sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto.
La
factura decía:
Detalle de
servicios prestados
1. Apretar un tornillo … … … … …
1 euro
2. Saber qué tornillo apretar … … …
999 euros
Con independencia
del importe de la factura, lo esencial y más importante de esta anécdota es que
el ingeniero, además de ser un buen técnico conocedor de su trabajo tenía la capacidad suficiente para saber cuál
era el problema, pudiendo resolverlo con diligencia, de tal forma que el
cliente pudo seguir su actividad.
Hablaremos de
capacidad:
Capacidad para
identificar y resolver problemas.
Capacidad para ser
eficaz en un entorno cambiante.
Capacidad para
iniciar deliberadamente acciones para lograr beneficio o ventajas competitivas.
Capacidad para
detectar las expectativas del cliente.
Capacidad para
tomar decisiones.
Capacidad para
proponer soluciones.
Capacidad para
comunicar.
Capacidad para
mantenerse eficaz en situaciones de rechazo.
La más importante:
Capacidad de adaptación y
de aprender
… … … … …
En el artículo anterior hablábamos del aspecto de la
“Responsabilidad” (responsabilidad ) como base de la Eficacia, y hablando
en términos de eficacia, vamos a entrar hoy en otro factor no menos importante:
“ Capacidad ”
Capacidad entendida
como el conjunto de conocimientos y
habilidades que cada uno tiene para desempeñar su trabajo.
Pablo Maella (La
Casa de la Eficacia) defiende que la manera de ser más eficaces laboralmente es
desarrollando más y mejor las
capacidades necesarias para el puesto que tenemos que desempeñar:
Cuanto más capacidad más eficacia
La casa de la eficacia de Pablo Maella.
Los profesionales que incrementan sus capacidades, consiguen mejores
resultados.
El talento puede
aprenderse y desarrollarse, desde un punto de vista totalmente profesional no
cabe duda que hay una parte de ese aprendizaje que le corresponde proporcionar
a la empresa. En la medida en la que la empresa facilite, se preocupe y procure
los medios para que se puedan adquirir las capacidades para el desarrollo de la
actividad profesional, mejor será el resultado para el individuo y para la empresa.
Las empresas quieren personas con talento.
Aun cuando los directivos
que perciben falta de talento en sus empresas, piensen que el motivo es la
falta de habilidades técnicas de los trabajadores, y que los empleados no
tienen las aptitudes necesarias para llevar a cabo ciertas labores, la realidad
es que el talento se puede aprender.
En este sentido,
en la medida en que la empresa se preocupe por dar formación permanente no
dejando que los empleados “se oxiden”, obtendrá mejores resultados.
En la mayoría de
los casos se resuelve erradicando afirmaciones como:
“siempre
se han hecho así las cosas”
“en
esta empresa todos hemos aprendido sobre la marcha”
y dedicando un poco
de esfuerzo y algunos recursos a facilitar la adquisición de las capacidades
para el buen desarrollo de la actividad profesional.
“Todos tenemos
talentos diferentes pero no todos tenemos las mismas oportunidades para
desarrollarlos” – J.F. Kennedy
No obstante, el
responsable último en adquirir las capacidades es siempre el propio individuo. El desarrollo depende de uno mismo. Lo
cual no es un inconveniente, muy al contrario es una ventaja, la propia
naturaleza humana nos empuja a ser competentes y efectivos:
No conozco a nadie que se vanaglorie de tener poco talento o ser
ineficaz.
Los seres humanos
tenemos una disposición natural a superarnos, es el “Espíritu de superación”. Igual que un bebé se esfuerza por
conseguir hablar y empezar a caminar, el adulto se esfuerza por superarse y
desarrollar habilidades.
Se trata pues de
despertar ese deseo y reorientarlo hacia las capacidades más convenientes.
Seguro que hay, no
sin razón quien se pregunta: ¿Qué hay de las limitaciones personales? Sería
absurdo pensar que no existen. Existen y debemos ser conscientes de nuestras propias limitaciones (que no son tantas
como podemos llegar a pensar) y ejercer trabajos acordes con nuestras
capacidades, donde sin duda nos vamos a desenvolver con facilidad y seremos más
eficaces.
Ser más eficaz no
es solo mejorar nuestras carencias, sino también potenciar nuestras fortalezas.
Mejorar carencias
requiere tiempo y esfuerzo. Admitamos que según de que carencias se trate, ni
siquiera con tiempo y esfuerzo conseguiremos grandes avances.
Es más sencillo y
práctico empezar por dedicar energía a desarrollar aspectos y fortalezas que
tengan un impacto más rápido en nuestra eficacia.
Recuerda:
Si quieres ser eficaz tendrás que ser capaz.
Para mejorar tu capacidad:
·
Conócete: Averigua cuáles
son tus capacidades personales.
·
Analízalas objetivamente y
con espíritu crítico
· Aplícalas en tu
actividad profesional, tratando de buscar un
trabajo acorde con tus capacidades.
·
Define que capacidades son las necesarias para
el trabajo y desarróllalas.
·
Mejora tus puntos débiles y
mejor aún, potencia tus puntos fuertes.
·
Despierta tu espíritu de superación,
ponte retos.
·
Aprende de tus fracasos.
No te pierdas el
próximo post en el que analizaremos la lista de las 34 capacidades esenciales
para hacer bien tu trabajo.
Reflexión
“El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”.
Charles Dickens SXIX escritor y novelista
inglés.
La frase
“Estoy buscando un montón de hombres que tengan una capacidad
infinita de no saber lo que no se puede hacer”
¡Muchas Gracias por tus cuatro
minutos!
Benicio Orozco
¿Sabes
cuáles son tus habilidades personales?
¿Es acorde
con tus capacidades el trabajo que
realizas?
¿Qué vas a
hacer para conseguirlo?
Es tu turno:
Escríbe abajo en comentarios.
¡¡ Muchas Gracias !!
LECTURA ADICIONAL RECOMENDADA: Responsabilidad.
Mejora tu eficacia_2.html
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"La Mirada Critica"
de Benicio Orozco
“Los siete
hábitos de la gente altamente efectiva”.
Stephen Covey
“Organízate con eficacia” David Allen
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