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“El que se enfada… pierde”
En tiempos de los respetados samurais existía un Emperador-Samurai,
luchador ya mayor, que gobernaba el Imperio de las Islas del Japón.
Por aquel entonces, a cambio de una suma de dinero, los nobles japoneses
enviaban a sus hijos a escuelas donde se entrenaban para ser los temidos
samurais.
Por aquella razón un Maestro Samurai
aceptó como pupilo a un despierto niño de 13 años. Se entrenó duro, pero
con prisas y cometió los errores propios de la inexperiencia y la irreflexión.
Era corriente entonces que muchas familias poderosas se disputaran el trono, que no se
cedía por sucesión hereditaria. Pero, incomprensiblemente, una de las familias
más influyentes, que había sido mano derecha del Emperador-Samurai, le traicionó
y se rebeló contra él.
Aquél niño irreflexivo, que con el paso del tiempo se había
convertido en Samurai, formaba parte de
aquella familia. Éste se puso como objetivo el gobernar y retó a un duelo al
poderoso Emperador-Samurai. Éste no aceptó el reto.
Muy dolido, el inexperto
Samurai de "formación express" intentó todas las artimañas para que
el Emperador luchara; incluso, en su frivolidad, llegó a insultar a los
antepasados del Monarca Samurai. Ni que decir tiene que insultar a un
antepasado era una ofensa descomunal, contra lo más sagrado; pero éste no se
inmutó, haciendo un alarde de madurez y de autocontrol.
Al ver que no servía de
nada, el jovencito caprichoso se fue enfadado.
Un familiar, extrañado de su conducta, le preguntó cómo dejaba que le
insultaran. El viejo samurai le respondió:
“La ira es como un mal regalo: si no la aceptas se va con quien te la ha
ofrecido….”
… … … … …
En
numerosas ocasiones de nuestra vida personal y profesional hemos asistido, incluso protagonizado momentos de enfado, de
enojo, de rabia.
Momentos de ira.
La
ira, esa emoción que se expresa a través del resentimiento, la furia, la
irritabilidad. Esa emoción que hace que se eleve el nivel de adrenalina y que
surge como respuesta para resolver una amenaza, un daño. Que hace que te veas
más grande que tu agresor, tratando de decirle que detenga su comportamiento
amenazante y que te causa una pérdida en la capacidad de autocontrol y
objetividad, te deja expuesto.
La
cara enrojecida, los gritos, las venas hinchadas son una oportunidad formidable
para los líderes. Me estoy refiriendo a ese compañero de trabajo, jefe,
empleado, amigo o amiga, hijo o hija, incluso a ese marido o esposa que acaba
de estallar de ira y comparte una parte de su mente y no puede permitirse el
lujo de perder.
Es
maravilloso ver y observar personas cabreadas, son transparentes. Dicen a los
demás lo que realmente sienten, y lo que es quizás más importante, sus valores
y prioridades se muestran muy claros para cualquier persona que se preocupe
de observar. Eres capaz de verle tal cual es en realidad cuando está enfadado.
Por
el lado bueno, la ira demuestra las virtudes como la justicia, la verdad, la
compasión. Por el lado malo, la ira deja visibles la falta de honradez, la
envidia, la pereza y mucho más. Incluso cuando
reaccionan de forma exagerada, la gente cabreada abre un agujero por el
que colarse en su alma.
Detrás de la pasión, aparece la persona tal y como es.
Seremos
tanto más nobles, más humanos y mejores líderes en la medida que seamos capaces de ver a
través de ese agujero que abre la ira, de interpretar los sentimientos, de ver
al otro tal y como es…. Y no hacer leña del árbol caído.
“El
enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos. Nunca se
puede ser feliz con actitud de ira”
Reflexión
“La
ira es un veneno que uno toma esperando que muera el otro”
William
Shakespeare. Dramaturgo,
poeta y actor Inglés del siglo XVI
La frase
"Un
hombre es tan grande como las cosas que le hacen enojar. "
Winston
Churchill. Fue primer ministro del Reino Unido.
Déjanos conocer que sentiste
en ese momento de ira, escríbelo abajo en comentarios
¡¡ Muchas Gracias !!
"La Mirada Critica"
de Benicio Orozco
Sientes descontrol, ridiculo, exceso, frustración, tiranía, pequeñez, instinto depredador, infelicidad.
ResponderEliminarMejor controlarse y evitar llegar.
La Ira, ese veneno que no te produce ninguna satisfacción....
ResponderEliminarGracias J.M.
Un abrazo
Desnudaremos entonces al enemigo llevándole a la ira,... ¡que se preparen mis enemigos!
ResponderEliminarUn abrazo, buen post.
Excelente punto de vista
ResponderEliminarConsigues sorprenderme
Genial como siempre Javier
Muchas gracias